Un
reconocimiento perenne a los primeros benefactores del ITA
M.
C. Sergio Humberto Romo Picazo
El Prof. Enrique Olivares Santana, reconoce la
valiosa aportación que hicieron diferentes sectores y personajes de la sociedad
hidrocálida para erigir el Instituto Tecnológico de Aguascalientes. En este
sentido, en su cuarto informe de gobierno se refiere al ejido de Ojocaliente, a
la familia Loyola y al Sr. Antonio Castillo:
[…] “la Comunidad Ejidal de Ojo Caliente,
que, dentro de su pobreza, donó los terrenos en que habrá de edificarse el
Tecnológico y a la familia Loyola, que cedió gratuitamente una superficie que
completa las 16 y media hectáreas para la obra, y el Sr. Antonio Castillo, que
cederá la perforación que sea necesaria.”
Una vez resuelto
el problema de los terrenos, se necesitan los fondos económicos para la
construcción de las instalaciones del plantel. El Prof. Olivares Santana se
había comprometido, ante la SEP, a hacer un pago inicial de un millón de pesos
para comenzar los trabajos, pero se estimaba que se requerían aproximadamente
25 millones de pesos para terminar la etapa inicial de construcción. De ahí se
deriva la necesidad de crear un patronato. A eso se refiere en otra parte de su
cuarto informe de gobierno:
“Es nuestra
intención constituir un Patronato Pro Instituto Tecnológico de Aguascalientes.
Esperamos que nos sean sugeridos los nombres que deban integrarlo y para ello
nos hemos dirigido a los organismos económicos y sociales más significados.”
“Esperamos que la Institución sea
concluida durante nuestro mandato y en ella se invertirán alrededor de 25
millones de pesos.”
El 13 de
noviembre de 1966 se publica el decreto en el que se le da forma jurídica a ese
patronato el cual queda constituido por empresarios e industriales de
reconocido prestigio y probidad: Presidente, Julio Díaz Torre; Vicepresidente, Pedro
Vega Kegel; Secretario, Antonio Castillo Montoya; Tesorero, Anselmo López Soto;
Coordinadores Generales, Héctor Valdez Nájera e Ing. Carlos Reed Gil; Vocales, Jesús
Rivera Franco y Francisco Ruiz Silva.
El apoyo al
proyecto de construcción del ITA no sólo fue de quienes se han mencionado
arriba, sino que intervinieron decisivamente las escuelas secundarias que existían
en esa época. La Secundaria “José María Morelos”, fue un buen ejemplo de su
compromiso; su Director el Prof. J. Refugio Miranda Aguayo, durante la
ceremonia de inauguración del edificio de esa secundaria, entregó al gobernador
del estado la cantidad de $15,000. “De esta manera los profesores y el alumnado
no hacen sino adquirir un bono para el futuro ya que el ITA va a dar a personal
docente y a sus jóvenes estudiantes cabida dentro de sus aulas” señala el Prof.
Miranda en dicha ceremonia.
Se reconoce
especialmente a la Secundaria Técnica No. 70 que tuvo un papel protagónico en
la etapa inicial del ITA, pero también a las secundarias Gámez Orozco, la de
Calvillo, la de Villa Juárez y la de Pabellón de Arteaga, por las aportaciones
económicas que en su momento hicieron para apoyar en la construcción de las instalaciones
del Instituto.
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