Generalmente he tratado de no escribir en primera persona en este blog, sin embargo, cuando no hay más opción tengo que hacerlo, éste es el caso. He recibido varios correos preguntándome sobre el significado de la anterior entrada (10 de septiembre de 2012), en donde sólo aparece un moño de luto.
Esa entrada tuvo dos propósitos, el primero de ellos fue el que tuviera presente que hay muchísimas personas que pertenecieron a nuestra comunidad tecnológica y que se nos han adelantado en el viaje final y que merecen nuestro recuerdo. Estoy refiriéndome no sólo al personal que con su esfuerzo cotidiano hizo posible que nuestra institución sea lo que hoy es, sino también aquellos egresados que lamentablemente han fallecido. El segundo era poner fin a este blog, ya que no he tenido gran respuesta en cuanto a la aportación de fotografías y material que lo enriquezcan para poder compartirlos. En pocas palabras, me desanimé y desde septiembre, a pesar de estar en plena celebración del cuadragésimo quinto aniversario de la fundación del Instituto Tecnológico de Aguascalientes, decidí ya no volver a publicar nada (es probable que a nadie le importe), sin embargo, tres eventos me hicieron recapacitar y dar macha atrás, al menos por ahora.
En el marco del cuadragésimo aniversario de la fundación de nuestra institución, se develó una placa con los nombres del personal fundador, no sé que criterio siguieron pero creo que no están todos y quizá sobre alguno, pero eso no me incumbe. Sin embargo, lo que me hizo reflexionar fue el encuentro con el Profesor Antonio Juárez Contreras, técnico en mecánica industrial, que a muchos de nosotros impartió clases en bachillerato y en la carrera de técnico industrial en mecánica y en electricidad, quien fue invitado como maestro fundador y nos pusimos a recordar, en sólo unos cuantos minutos acerca de los primeros tiempos, los más difíciles por estar abriendo brecha para las futuras generaciones. En esa conversación se barajaron muchos nombres, de maestros, personal administrativo y personal de apoyo, que con su gran esfuerzo y entusiasmo sembraron la semilla de lo que ahora es una institución fuerte y consolidada y de cuyos frutos estamos disfrutando (algunos quizás sólo estemos recogiendo lo que el esfuerzo de muchas voluntades hizo posible).
Otro evento fue encuentro con la maestra Zeida Kyo Imamura Romo en la Sala de Titulación del ITA, ya que una de sus sobrinas presentó su examen profesional y, también, estuvimos platicando de los primeros años de la institución (ella no está considerada como parte del personal fundador, pero creo que sí podría considerarse como tal). Ella estuvo impartiendo cursos de química tanto en bachillerato, como técnico e ingeniería, desde 1967 hasta principios de los 70.
El tercer evento fue una gran aportación fotográfica que nos hizo el Ing. Jesús Mejía Verbena. Me facilitó una gran cantidad de fotografías, entre ellas las de los primeros directores, desde el Ing. José Luis Hernández Osuna hasta el Ing. Agustín Vázquez Vera (mediados de los 70). Este material lo iré subiendo tan pronto como sea posible.
